A las 16.22 la cápsula que traería de vuelta a la superficie a Yonni Barrios desde las entrañas de la mina San José, estaba lista. A la superficie llegó a las 16.40. Salió del yacimiento tras 17 horas y 11 minutos de iniciadas las labores de rescate.
El "doctor", de 50 años, ocupó los titulares de prensa no sólo por permanecer bajo tierra 70 días sino también por la pelea que se desató entre su esposa -no se separó legalmente- y su actual pareja, durante un encuentro en el Campamento Esperanza. Las dos se enteraron de su doble vida cuando "la otra" había ido a rezar por él.
Barrios fue apodado "doctor" porque cumplía labores de enfermero. Colocaba vacunas, curaba las heridas y escribía los informes médicos de sus compañeros que luego eran enviados a la superficie.
Cuando la cápsula llegó a la boca del ducto usado para el salvataje, lo esperaba su amante, Susana Valenzuela, de 50 años. La mujer estaba tranquila hasta que vio a Yonni salir de la Fénix II. Durante el encuentro lo abrazó con gran emoción y lo besó en reiteradas oportunidades. El "doctor" permanecía serio, casi inmutable. Sin reacción. Ella insistió con nuevos abrazos y besos, hasta que él respondió con un tímido beso en los labios de su amante.
Luego se fundió en un abrazo con el ministro de Minería, Laurence Golborne, con los rescatistas y con los profesionales médicos. Uno de ellos le dio "la bienvenida a un integrante más". Casi ni hablaba.
La salida del perforista estuvo rodeada de una gran expectativa, ya que su ex esposa, Marta Salinas, afirmó en su momento que no iba a ir a la mina a recibirlo, porque iría "la otra". El martes ella había manifestado: "él me lo pidió, pero resulta que también invitó a la otra señora y yo tengo decencia. La cosa es clara: ella o yo". La mujer estuvo casada durante 28 años con Yonni pero no tuvieron hijos.
Este culebrón amoroso cobró tal trascendencia, que hasta el propio presidente Sebastián Piñera y su esposa, Cecilia Morel, intercedieron para evitar que el escándalo interfiera en el rescate. Incluso, la primera dama aconsejó a Salinas que aceptara la decisión de su pareja.
Al parecer así ocurrió. "No lo voy a ver ni en la televisión", había dicho la mujer, sin esconder su frustración por las alrededor de 60 cartas que su marido le escribió a "la otra" desde el fondo de la mina.
Ayer, el minero explicó a las autoridades su decisión y, durante su salida, blanqueó su situación sentimental con "la otra". A Yonni no le correspondía trabajar el día del derrumbe (el 5 de agosto): uno de los jefes le ofreció realizar un doble turno y él aceptó. Jamás imaginó que terminaría como integrante del grupo del milagro minero ni protagonista de tal enredo amoroso, ¿con final feliz?